Un día después del estreno –el 10 de noviembre– en el Teatro Echegaray de Málaga, AUGURIOS me inspiró la poesía que publico más abajo.
Y es que después de muchos meses sin acudir a una sala y teniendo que conformarme con ver teatro en el ordenador debido principalmente a esta pandemia con la que nos hemos visto sorprendidos este 2020, me produjo una gran satisfacción que ésta haya sido la obra que me haya devuelto al teatro.

AUGURIOS me inspiró el poema de más abajo
Estos coinciden en que la obra te atrapa desde que empieza el viaje a lo largo de la historia en el que nos embarcan Apolo (Rubén del Castillo) y Casandra (Encarni Migueles).
Augurios es tan intensa que es capaz en poco más de una hora remover los sentimientos y las conciencias de cualquiera que asista al espectáculo.
Uno de sus autores, Daniel Jándula explica que “la obra es un canto de liberación en contra del abuso de poder”.
También, Pedro Hofhuis añade «aquí se enfrentan el poder y la obediencia a los deseos de libertad de una rebelión que espera para iniciar una revolución”.
AUGURIOS estará en el Teatro Echegaray hasta el 21 de noviembre
La obra se sitúa en la Guerra de Troya, uno de los conflictos bélicos más legendarios y bellos de la literatura universal.
Cada función será a las 16:30 h hasta el 21 de noviembre, respetando así los horarios impuestos por el Gobierno tras el toque de queda.
Sobre Factoría Echegaray:
En 2016 nació como proyecto cultural. Tiene el objetivo de consolidarse como centro de espectáculos propios así como también de programación y exhibición de otros ajenos.
Dicho centro es un punto de encuentro de creadores donde la calidad técnica y artística son sus máximos exponentes.
Así, Factoría Echegaray fortalece el tejido artístico y profesional de Málaga y fomenta el intercambio de producciones con otros centros nacionales o extranjeros.
Una poesía que invita a no cerrar los teatros y abrir más la cultura al pueblo
Para terminar, Augurios me inspiró ya que no solo logró llevarme a contextualizar la obra con la situación actual sino que este poema vino a mi mente:
¡Ay de mí! ¡Dejad que entren! ¡Abrid las puertas del teatro y resguardad al pueblo con la verdad que expresa! Dejad pasar a la sociedad, permitid que conozcan la realidad, que abran sus ojos a la cultura; a una cultura libre de prejuicios. Entrad al teatro y aprended que no hay mayor educación que aquella que se recibe desde lo alto de un escenario. ¡Dejad que entren! Dejad que con criterio opinen. Dejad que con el teatro el público abra sus mentes.
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